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«Las mujeres fueron las primeras en la historia en elaborar cerveza: tenemos que luchar contra los prejuicios y mostrar que somos un sector rico y diverso»

 

«Alrededor del vino sí se ha creado una cultura sólida, pero al sector de la cerveza nos queda mucho camino por delante».

«Con solo cuatro ingredientes puedes elaborar más de cien tipos de cerveza: es magia, química y creatividad»

«Los valores de Hijos de Rivera son los mismos que los de un pequeño artesano: el deseo de mejorar cada día y de cuidar del entorno»

Entrevista a Veronica Biondi – Maestra Cervecera en Hijos de Rivera

El de la cerveza es un mundo apasionante y complejo. ¿Cómo te iniciaste dentro del sector?

Todo empezó hace casi seis años, en una pequeña cervecera artesanal de Barcelona. Trabajaba en el área de producción y allí fue donde me enamoré de este mundo. Desde entonces, he pasado por muchas experiencias: cerveceras, organizaciones, instituciones de divulgación de la cultura de la cerveza… Un poco de todo.

Y ¿cómo llegaste a esa pequeña cervecera? ¿Viene de familia, te atraía el sector o fue una simple casualidad?

Lo último. Estaba cursando un máster en desarrollo de innovación de alimentos en la Universidad de Barcelona, y desde allí me ofrecieron realizar unas prácticas en una pequeña cervecera artesanal. No era el sector en el que más me apetecía desarrollarme y no tenía nada de formación al respecto, pero acepté. A las pocas semanas ya estaba enamorada de este mundo.

¿Tenías otros planes profesionales?

Trabajaba como nutricionista deportiva y pensaba que esa iba a ser mi carrera profesional, pero después de esa primera experiencia empecé a formarme en el sector. Hice cursos, fui a eventos, leí… No he podido salir de este mundo y no me imagino haciendo otra cosa. Si alguien me hubiese dicho que iba a dedicarme a esto hace unos años, nunca lo hubiese creído

¿Por qué te parecía un mundo tan ajeno? ¿Está el sector poco visibilizado en el terreno laboral?

Todo el mundo bebe cerveza, pero mucha gente desconoce, por ejemplo, cuáles son los ingredientes con los que se elabora. Alrededor del vino sí se ha creado una cultura sólida, pero al sector de la cerveza nos queda mucho camino por delante. Además, faltan figuras de referencia, especialmente mujeres que tengan espacios en los medios de comunicación o en la prensa especializada.

Esa masculinización sigue siendo muy fuerte aún.

En el imaginario colectivo, si uno piensa en cerveza piensa en un hombre con barba, camisa de cuadros y panza; y hay que luchar contra ese prejuicio y mostrar que el mundo de la cerveza es mucho más rico y diverso. De hecho, no entiendo de dónde viene esa imagen del cervecero: fueron las mujeres las primeras en la historia en elaborar cerveza. Los sumerios ya tenían una diosa de la cerveza y, ahora que se habla tanto de ellas, muchas fuentes dicen que en realidad las brujas eran cerveceras.

¿Brujas cerveceras?

Hay varias fuentes que así lo afirman. Esas brujas eran mujeres cerveceras que iban con su gorro de punta para ser más fácilmente reconocidas entre las multitudes de los mercados. Por ejemplo, su relación con los gatos se conecta con el hecho de que espantaban a los ratones que podían comerse el grano de cebada. Pero la tradición femenina dentro de la cerveza se fue perdiendo poco a poco hasta hoy.

Tú representas todo lo contrario.

Yo vivo por la cerveza, así que no puedo ser más afortunada de trabajar de esto. En ella he encontrado mi sitio, donde quiero trabajar siempre, especialmente en la parte de formación y divulgación de la cultura de cerveza, porque falta mucha información y conocimiento de la historia. Se elabora cerveza desde hace 4000 años: podemos seguir la historia de la humanidad siguiendo la historia de la cerveza. Tiene además algo de magia: con solo cuatro ingredientes puedes hacer más de 100 tipos de cervezas diferentes… es química y es creatividad para crear la que tú quieras.

Más que de trabajo, parece que estés hablando de una afición que te apasiona.

De hecho, la elaboración de cerveza artesanal en casa se ha convertido en uno de mis mayores hobbies. No es nada a nivel profesional, pero me encanta hacerlo para compartir con mi gente en celebraciones concretas, reuniones con amigos, fiestas de Navidad… Participo además en un par de grupos de cerveceros caseros, que es algo bastante común dentro de aficionados del mundillo de elaboración en casa.

También pertenezco a algunas asociaciones de mujeres elaboradoras que buscan, mediante la formación, crear una mayor accesibilidad de la mujer al sector y romper con esos estereotipos que mencionábamos antes.

La cerveza también está más que presente en tu día a día dentro de Hijos de Rivera. A pesar de las grandes diferencias entre elaborarla en casa y trabajar en una gran cervecera, ¿qué puntos hay en común? ¿Qué aprendizajes de artesana compartes en ambas facetas?

La capacidad de adaptarse a los cambios y de seguir el camino de lo que se quiere hacer, cuidar los pequeños detalles, hacer las cosas con cariño… Los tiempos cambian y las exigencias también, pero los valores que encuentro en Hijos de Rivera son los mismos que los de un pequeño artesano: ese inconformismo que hace que quieras mejorar cada día y el cuidado del entorno.

¿Cómo llegaste a la compañía? ¿También fue casualidad?

No fue tan casual, pero sí fue sencillo: respondí a una oferta de trabajo de Cultura de Cerveza. Cuando la leí, me atrajo la posibilidad de trabajar en una empresa en pleno crecimiento y, sobre todo, en un entorno internacional. Yo estaba viviendo en Barcelona, tengo allí amigos y familia… Pero me gusta tanto el trabajo que me he adaptado rápido. Me encanta venir a la oficina y compartir conocimiento y afición con mis colegas.

¿Conocías Estrella Galicia? ¿Te gustaba?

Por supuesto que la conocía como cerveza, pero no tanto como empresa. Siendo sincera, sabía poco de sus valores o de su historia, pero cuando he descubierto su filosofía y su cultura he reafirmado mis ganas de estar aquí. Por ejemplo, hay una cosa que me llamó mucho la atención cuando empecé a indagar sobre la empresa y es uno de sus lemas: «sabemos que solos no vamos a cambiar el mundo, pero hacemos todo lo que está en nuestras manos para conseguirlo». Ese es uno de los lemas que yo tengo interiorizados también en mi vida, así que me siento muy reconocida en sus valores y compromisos.

Esa frase es el origen de la naturaleza inconformista que da nombre a este espacio. ¿Cómo entiendes tú esa naturaleza?

Para mí es sencillamente la manera en la que se trabaja en Hijos de Rivera: con la idea de querer mejorar el mundo, de hacer las cosas como queremos y hacerlas bien, para que tengan un valor. Ese concepto de cuidar a las personas, el producto y el planeta son mis propios valores y, además, creo que son los principios de un verdadero artesano.

Para acabar, está claro que has encontrado tu sitio en el mundo de la cerveza. ¿Qué le dirías a alguien que está empezando?

Que estudie, se forme y, sobre todo, que experimente sin prejuicios. Que vaya a ferias y eventos, que conozca a gente, que lea… Es un campo tan amplio que nunca dejas de aprender. Y eso es lo mejor que tiene el mundo de la cerveza.

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