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El agua, un recurso fundamental para la inclusión

La Conferencia del Agua 2023 de la ONU ha concluido con un paquete de casi 700 compromisos para garantizar un acceso a este recurso adecuado y equitativo para todos.

El agua es esencial para el bienestar del ser humano, la producción de energía y alimentos, la salud de los ecosistemas, la igualdad de género o la reducción de la pobreza, advierten en Naciones Unidas, y aportan datos: «casi un millón de personas mueren cada año por enfermedades atribuidas directamente al agua no apta para el consumo, a una saneamiento inadecuado y a prácticas de higiene deficientes, mientras su demanda sigue aumentando: unos 4.000 millones de personas sufren una grave escasez durante al menos un mes al año y solo en Europa, una de cada cuatro personas tiene un acceso deficiente a agua potable y sistemas de saneamiento», explican desde el organismo.

Sin duda el líquido elemento es esencial para muchos aspectos de la vida –la fuerza motriz de toda la naturaleza, como la describió Leonardo da Vinci–, y por eso es vital garantizar su protección y una gestión adecuada para que todo el mundo tenga un acceso adecuado y equitativo.

En línea con esta urgencia, Naciones Unidas estableció el plan de acción Agua para el Desarrollo Sostenible, 2018– 2028, con objetivos ambiciosos para cumplir a lo largo de una década, así como una revisión del avance de los mismos en el ecuador de la misma, que se ha materializado en la Conferencia del Agua 2023 de la ONU, celebrada recientemente en su sede de Nueva York.

Más de 2.000 representantes gubernamentales, académicos, científicos, grupos de la sociedad civil, pueblos indígenas y actores del sector privado asistieron al evento entre los días 22 y 24 de marzo, donde brindaron múltiples perspectivas y experiencias para enfrentar los desafíos que se avecinan, que culminaron en casi 700 compromisos recogidos en la Agenda de Acción del Agua.

El presidente de la Asamblea General, Csaba Korosi, mostró en el acto de clausura su «asombro por la ambición y la solidaridad mostradas al idear un futuro con agua segura para todos», y se comprometió a elaborar un informe detallado con cada uno de los compromisos, si bien ya pueden extraerse algunas conclusiones. Los países se han comprometido al desarrollo de nuevos sistemas alimentarios alternativos para reducir el uso insostenible del agua en la agricultura, al lanzamiento de un nuevo sistema de información global que guíe los planes para alcanzar los ODS en los que el agua juega un papel crucial (esto es, casi todos), y a reevaluar el preciado recurso como motor económico y tesoro cultural.

Al mismo tiempo, desde Naciones Unidas han anunciado que se destinarán más de 300.000 millones de dólares –unos 280.000 millones de euros– al cumplimiento de los compromisos de la agenda. «Esta conferencia ha demostrado una verdad central: como el bien común global más preciado de la humanidad, el agua nos une a todos y fluye a través de una serie de desafíos globales», ha declarado públicamente el secretario general de la ONU, António Guterres, quien ha asegurado que lo decidido en la conferencia va a cambiar las reglas del juego. «La acción para una transformación nos impulsará hacia un futuro sostenible, equitativo e inclusivo con seguridad hídrica para las personas y el planeta por igual», sostuvo tras la clausura.

Alianzas para proteger un bien común

Precisamente, esa transversalidad de los recursos hídricos es lo que motivó hace años la creación de la Convención del Agua, diseñada para reducir las tensiones y mejorar la cooperación internacional. Hasta el momento la han firmado 49 países, los últimos, Nigeria e Irak, en el transcurso de la conferencia. «19 de los 22 países árabes tienen escasez de agua, y casi todos utilizan recursos hídricos que cruzan una o más fronteras internacionales; Irak está experimentando crecientes presiones sociales, económicas y políticas debido a la escasez de agua», advierten desde Naciones Unidas. En el caso de Nigeria, el país más poblado de África, en estos momentos lidia con los efectos de la desertificación debido a que el lago Chad, su fuente hídrica más importante, se ha reducido en torno a un 90% en los últimos 50 años.

Estos problemas ya no son exclusivos de los países en vías de desarrollo: el cambio climático, la escasez de agua y la contaminación son ya retos globales que afectan a todos, de ahí la importancia de la Agenda de Acción del Agua, como concluyó Gueterres en la clausura de la conferencia: «Todas las esperanzas de la humanidad para el futuro dependen, de alguna manera, de trazar un nuevo camino basado en la ciencia, que los Gobiernos deben situar ya en el centro de sus agendas como algo prioritario».

El agua para Hijos de Rivera

Para Hijos de Rivera, cuidar el agua siempre ha sido un punto clave y prioritario: entre el 85% y el 92 % de cualquier cerveza es agua, y sus propiedades juegan un papel determinante en su cuerpo y sabor. En nuestro caso, procede del embalse de Cecebre y es el agua de A Coruña, la que llega a todas las casas un espacio natural protegido reconocido por la Unesco como Reserva de la Biosfera.

Cuidar del bien que nos da la vida ha estado siempre en el horizonte porque somos conscientes tanto de su importancia como de su escasez: en un contexto de emergencia climática como el que vivimos, España es uno de los países con mayor riesgo de sufrir estrés hídrico en las próximas décadas. Por eso, trabajamos cada día para protegerla y para ser más eficientes en su uso.  En el caso de nuestra fábrica de A Grela, desde el año 2006, hemos logrado disminuir el consumo en más de un 35%, o, lo que es lo mismo, hemos pasado de consumir 5 litros de agua por cada litro de cerveza producida a un total de tres litros y medio.

Además, en Hijos de Rivera gestionamos los manantiales de los que brota el agua de Cabreiroá, Fontarel y Agua de Cuevas, en cuyo entorno trabajamos para generar impacto positivo. Todos estos manantiales tienen el sello de neutralidad en carbono y, en los últimos cinco años, la corporación ha hecho una inversión de más de 18 millones de euros para fomentar medidas de eficiencia energética o circularidad del packaging, alcanzando el 100% de los ecoenvases en todas las marcas de agua. Con el objetivo de seguir mejorando, en los próximos años esa inversión crecerá hasta los 40 millones de euros, que se destinarán a adecuar la actividad de los materiales al futuro que viene y convertirlos en entornos más punteros y sostenibles.

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