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Claves para pasarte al desperdicio cero

Recursos naturales que se desperdician, emisiones durante el proceso de producción y envasado, derroche económico… El desperdicio de comida es un grave problema social y ambiental que podemos empezar a solucionar en nuestra casa. Aquí algunos trucos para hacerlo.

En 2021 –último año del que disponemos de datos y según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación– en España se desperdiciaron un total de 1.245 millones de kilos de alimentos. O, lo que es lo mismo, 28,21 kilos por persona. La buena noticia es que eso supone un 8,6% menos que el año anterior… pero, aún así, siguen siendo unas cifras muy mejorables.

Estos números implican un impacto perjudicial para el medio ambiente que empeora si ampliamos la perspectiva. Si hablamos a nivel mundial, según el Índice de desperdicio de alimentos 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente y la ONG WRAP, los residuos de comida estarían en torno a un 8% y un 10% del total de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Y si tenemos en cuenta todas las etapas del proceso del alimento, el impacto subiría hasta el 34%.

Más allá de las emisiones, el desperdicio de comida lleva implícitos muchos más efectos en cuanto al uso de recursos y el impacto que genera: el agua y los nutrientes usados para el crecimiento de los alimentos, los animales involucrados, el traslado a los puntos de venta, su biodegradación… Costes claros para el planeta y para nuestro bolsillo: unos 250 euros por persona al año que terminan en la basura, calcula el citado ministerio.

Cómo reducir el desperdicio alimentario

Para reducir el derroche de recursos y alimentos y hacerlo un poco mejor cada día en materia de cuidado ambiental, aquí hay algunos consejos para aplicar el desperdicio cero. O, al menos, para acercarnos un poco más a él.

  • Pensar antes de comprar: para ello, debemos saber qué necesitamos de antemano y adquirir los alimentos en consecuencia. Es muy importante revisar previamente la nevera y hacer después una lista de la compra. Truco extra: aunque pueda resultar tedioso, planificar un menú semanal nos puede ayudar mucho en esta tarea.
  • Mantener el orden: saber dónde colocamos cada alimento y su fecha de caducidad es algo esencial. Una vez que hayamos comprado, el siguiente paso es colocarlos correctamente. Es muy importante que cada uno esté a su debida temperatura, ya que ayudará a que no se estropeen antes de tiempo. También saber dónde los hemos ubicado para que no se nos pierdan por la parte trasera de la nevera y acaben poniéndose malos.
  • Comprobar cada cierto tiempo la fecha de caducidad: el orden nos ayudará a saber si lo que tenemos es más o menos perecedero. Si la fecha de consumo preferente va a vencer en pocos días, será conveniente cocinar ese alimento o, si podemos, congelarlo. En caso de que sea fresco y no tenga esta fecha, deberemos estar atentos a sus cambios antes de que se pudra y tengamos que tirarlo.
  • Cocinar es un placer (y un aliado del zero waste): tener imaginación en los fogones es crucial. Puede ser que nos encontremos con muchos alimentos que están cerca de caducar y que en principio pensemos que no casen unos con otros. Pero si tenemos buena mano en la cocina e imaginación, siempre les podremos dar salida.
  • Si no se puede salvar, puedes buscarle otra vida: si finalmente no los has podido salvar, compostar los alimentos es la mejor opción. Si tienes un hueco en casa para ello –sabemos que en los pisos es más complicado– puedes compostarlo para darle una segunda vida como abono para tu jardín o tu huerto.

El bagazo tampoco se desperdicia

¿Pueden las grandes empresas aplicar este precepto del desperdicio cero? La respuesta es clara: sí. Dentro de su compromiso con el impacto positivo, en Hijos de Rivera llevan años pensando cómo hacer más circular su proceso de producción, dando un nuevo material a sus productos.

¿Un ejemplo de ello? El bagazo, es el principal subproducto derivado del proceso de elaboración de la cerveza, consistente en la parte insoluble del mosto cervecero, principalmente cebada. Hace unos meses, lanzaron al mercado la Milk Stout, una cerveza elaborada con ingredientes obtenidos a partir de leche de vacas criadas en granjas 100% gallegas y alimentadas con el bagazo de Estrella Galicia. Dicho de otra manera, una cerveza que ejemplifica el círculo perfecto del desperdicio cero: el bagazo es el alimento de las vacas que producen la leche a partir de la cual se elabora el suero que se emplea en la fabricación de esta nueva cerveza.

El bagazo es, además, el protagonista que el cocinero Diego Guerrero ha elegido en la última masterclass del proyecto Imperfectxs, una iniciativa liderada por 1906 para impulsar proyectos gastronómicos que impacten de forma positiva en el entorno, promoviendo el desarrollo local, la biodiversidad, la alimentación saludable y nutritiva o el aprovechamiento de recursos. En ella, el chef desgrana las propiedades de este producto para los animales, ya que tiene un 25% de proteína. Además, se puede utilizar para generar energías renovables, para generar nutrientes en los cultivos o, como él ha hecho, para reinventarla gastronómicamente en su restaurante.

Además de hablar del bagazo, en la clase Diego Guerrero elabora tres platos diferentes para aprovechar por completo alimentos como la coliflor o la merluza y contribuir al cuidado del planeta sin olvidar el placer que nos supone disfrutar de la buena mesa.

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