INGREDIENTES PARA 4 PERSONAS:
6 dientes de ajo grandes
1 cuchara de postre de pimentón mezcla
2 litros de caldo de pescado
1/2 vaso de aceite de oliva
3/4 de barra de pan
300 grs de berberechos
12 langostinos
200 grs de algas (judía de mar)
4 cucharillas de huevas de erizos
4 huevos
Sal al gusto
ELABORACIÓN:
Pelamos los dientes de ajo y los fileteamos. Los disponemos en una cazuela con aceite a fuego medio y esperamos a que empiecen a bailar. En ese momento añadimos el pimentón mezcla (70% dulce y 30 % picante) y lo disolvemos en el aceite, dejándolo sólo unos 5 segundos antes de añadirle el caldo de pescado. A continuación, añadimos el pan troceado a la sopa para que se vaya cociendo, reservando 4 rodajas que freiremos para la presentación.
Abrimos los berberechos en otra cazuela con un vaso de agua y les retiramos las conchas. Añadimos los berberechos pelados con el agua de la cocción y las algas a la sopa, dejando que hierva durante unos 10 minutos y se concentre el sabor. Ponemos a punto de sal.
En este caso, hemos escalfado el huevo en agua dentro de un papel de plástico de cocina, atado con un poco de hilo de bramante. Lo cocemos por espacio de unos 3 minutos. De esta forma, el huevo se queda parecido a un buñuelo, con una presentación espectacular, aunque también podemos hacerlo escalfado en la sopa, apagando el fuego y añadiendo los 4 huevos y las colas de langostinos peladas y cortadas en trozos. Tapamos y esperamos por espacio de 3 minutos (suficiente para que cuaje la clara pero quede la yema líquida y se cuezan los langostinos).
EMPLATADO:
En un plato sopero disponemos la sopa con la rodaja de pan frito en el centro y le ponemos un huevo escalfado encima. Terminamos colocando unas huevas de erizo cocidas como salazón del huevo, y listo para disfrutar.
MARIDAJE:
Esta sopa es una clara representación de esos platos que encuentran muy difícil maridaje en el mundo del vino, pero que sin embargo se acercan con muchas garantías de triunfo a una refrescante cerveza tipo Pilsen, como es el caso de la HR. El marcado carácter vegetal del ajo y el pimentón, con su ahumado picor, y los sabores iodados de las algas, los berberechos y los erizos, consiguen una grandiosa mezcla de mar y tierra, tanto en aromas como en sabores, que se sublima con el ligero y fresco lupulado de esta gran cerveza, consiguiendo transportar nuestra imaginación a cualquier puerto de costa gallega en tan duro invierno.