En un entorno único y acompañada de su emblemático Balneario, nuestra fábrica de aguas de Cabreiroá se nutre del manantial del mismo nombre que nace en la localidad ourensana de Verín. Aquí, a cientos de metros de profundidad, una lenta mineralización da un carácter único a nuestras aguas. Su calidad es célebre desde el siglo XIX, cuando en 1906 el premio Nobel Ramón y Cajal certificó su valor minero-medicinal.