Este domingo nuestro Consejero Delegado, Ignacio Rivera, se convirtió en pregonero de uno de los eventos gastronómicos más importantes de Galicia, la 47ª Feria del Cocido de Lalín. El intenso frío que azotó la capital del Deza no impidió que más de 60.000 personas se acercaran para disfrutar de este típico plato invernal en una jornada festiva que inauguró, precisamente, el pregón. En él, Ignacio Rivera destacó las múltiples similitudes que vinculan al cocido con nuestra cerveza Estrella Galicia, así como la importancia de ambos como «Marcas de Galicia». A continuación, transcribimos el discurso completo de Ignacio Rivera.
COCIDO Y CERVEZA – Por Ignacio Rivera
Hola a todos y gracias por permitirme disfrutar con vosotros de esta gran Fiesta. Una nueva edición “da feira do cocido”, aquí donde se despiertan los sentidos. En estas maravillosas tierras de Lalín, en el epicentro de esta querida comarca del Deza.
Cuando me comunicaron que sería el pregonero me pregunté, aunque no demasiado por si acaso, qué méritos había hecho yo para merecer este importante reconocimiento. Lo he aceptado como un gran honor y espero de corazón estar a la altura. Acuciado por la responsabilidad (he de reconocer que este es mi primer pregón), me puse a buscar toda la información que estaba a mi alcance sobre el tema, que es muy extensa y variada. Encontré por ejemplo referencias líricas desde el siglo XII hasta nuestros días. Odas en las que se alababan las muchas virtudes que este sencillo plato regala a nuestros sentidos.
El amor al cocido es por tanto apasionado e intemporal.
Tuve también la oportunidad de releer pregones de anteriores ediciones, todos de grandes plumas. Descubrí así una magnífica y cuidada prosa en torno al cocido, a los manjares degustados y las experiencias que nos proporciona cada uno de sus ingredientes que, a su vez, estaban descritos de forma exquisita. Así que me preguntaba cómo podría estar yo a su nivel.
Busqué por tanto otras citas más jocosas en las que, por ejemplo, se hacía referencia a por qué el cocido es un plato de invierno. Porque en verano, según el autor, nos resultaría imposible darnos un baño, por culpa del preceptivo tiempo necesario para la digestión. Y otras referencias más mundanas en las que se exaltaban sus cualidades como reconstituyente dominical tras los posibles excesos del sábado por la noche y de cómo su efecto puede durar toda la semana.
Seguí informándome sobre la “Feira” y me quedé sorprendido por los múltiples actos, celebraciones y actividades que preceden y acompañan a esta gran Fiesta. Digna dimensión para una exaltación culinaria, muy gallega por otro lado, que ha alcanzado gracias a todos vosotros un muy importante estado de madurez. Y a esta coctelera de información he de añadir mis propios recuerdos de reuniones familiares. De ollas y fuentes cuyas columnas de humo anunciaban un gran festín de reconfortante comida contra el frío en las que, por abundancia y variedad, era imposible que no te gustase algo, tuvieses la edad que tuvieses.
Es por todo ello que a lo largo de estos días he reflexionado en torno al concepto del cocido. He reflexionado sobre lo que cada uno de nosotros puede entender o sentir al pensar en el cocido que hoy aquí nos hemos reunido para exaltar.
Tras este concienzudo análisis y dado el alto nivel de mis predecesores, se me ocurrió hablaros de lo único que sé y de lo que he mamado desde pequeño, el mundo de la cerveza, y pensar en las relaciones que tiene esta antigua bebida con esta antigua tradición, el cocido. Porque estaremos de acuerdo en que el cocido es un plato para compartir, para disfrutar en compañía, lo mismo que una buena cerveza.
En primer lugar, repasando la historia de Lalín he encontrado una señal inequívoca de vinculación entre Estrella Galicia y esta hermosa villa, ya que aquí construyó un lalinense insigne, Ramón María Aller, el primer observatorio astronómico de Galicia, precisamente para ver las estrellas. No sé si de aquellas alcanzaría a ver la nuestra porque por aquel entonces era muy muy pequeña, aunque ya intentaba brillar.
Y, ¿qué es la cerveza sino un cocido de malta, lúpulo y levadura que, siguiendo una cuidada receta de tiempos y temperaturas, nos aseguran un exquisito producto final? Aquí usáis grelos, garbanzos, cachola, patatas, lacón y demás, y al unirlos, tenemos dos productos que hacen que nos sintamos orgullosos de nuestra tierra.
La cerveza, como el cocido, son patrimonio de los pueblos. En cada región, en cada País, podemos encontrar una versión del cocido. Tanto en España a nivel regional, con cocidos como el gallego, el maragato, el madrileño o el montañés, como a nivel internacional, por ejemplo con la feijoada brasileña. Y con la cerveza pasa exactamente lo mismo, cada País tiene sus cervezas y sus cocidos y si hay un País que no tenga ni cerveza ni cocido, ese no puede considerase País, es mucho mejor no pasar por allí.
Otra similitud entre nuestros venerados productos está relacionada con la economía. En las empresas cerveceras y en el sector del gran consumo, buscamos economías de escala, con el menor número de mermas posibles en el proceso de fabricación. Exactamente igual que en el cocido de Lalín, que se aprovecha todo…
También coincidimos en nuestra dependencia de las cosechas para elaborar nuestros productos. Y por suerte, en eso aquí, en nuestra querida Galicia, lo tenemos fácil. Si de algo podemos presumir en Galicia es de los productos de primera calidad de nuestra tierra. Esta riqueza es algo de lo que debemos estar orgullosos y que, sin duda, hemos sabido cuidar a lo largo de muchos años y generaciones. No debemos perder este sello de calidad de producto que se convierte en una ventaja competitiva clave, de la que debemos hacer gala por todo el mundo. En el caso del cocido de Lalín, ingredientes de primera calidad, mucho cariño al elaborarlo y la ilusión de conquistar el mundo desde Galicia. Tengo que reconocer que en Estrella Galicia os hemos copiado esta receta que llevamos trasmitiendo de padres a hijos, a lo largo de ya cinco generaciones. La cerveza como el cocido, son alimentos sencillos y asequibles, ni la cerveza es champagne, ni el cocido caviar, (ya les gustaría a ellos).
Otra similitud es el momento de su consumo. Son alimentos que nos permiten reunirnos alrededor de una mesa, con amigos y familia, para así poder compartir momentos especiales. Quedamos para tomar unas cañas y quedamos para comer un cocido. Curiosamente el cocido es una de esas pocas comidas que configura un evento en sí mismo. Quedamos y planificamos reunirnos, si puede ser en Lalín, “por y para el cocido”, con lo que podemos asegurar que es un rito en sí mismo, totalmente interiorizado como parte de nuestra cultura y forma de ser. Porque el cocido es una fiesta y hoy nos hemos reunido para celebrarla.
En Estrella Galicia cuando hablamos de lo nuestro, de Galicia, de lo que tenemos más cerca, utilizamos una expresión, “o noso e o noso”, algo que cobra hoy mayor significado aquí. Porque por lo menos yo no conozco nada más nuestro que el cocido que además, debería estar en el diccionario como sinónimo de Lalín.
También compartimos marca. Tanto Estrella Galicia como el Cocido de Lalín son Marcas de Galicia que están muy dentro de mi ADN. El cocido de Lalín es un atractivo turístico único, que atrae a miles de personas a nuestra tierra y que genera imagen y riqueza para nuestro entorno. Es un motor económico del que no podemos prescindir y que entre todos debemos promocionar y potenciar.
Yo soy gallego y siempre he presumido de ello. Galicia atesora activos extraordinarios, activos que debemos cuidar, alimentar y hacer crecer, para convertirlos en ventajas que nos permitan competir, en un mundo cada día más exigente. La Feria del Cocido de Lalín es una marca de reconocido prestigio y sin duda merece su reconocimiento internacional.
Sigamos cuidando nuestros productos, nuestro origen y nuestras tradiciones, y el éxito vendrá seguro. Depende de todos nosotros y así, todos nosotros compartiremos la celebración por los logros conseguidos.
Muchas gracias a todos. Viva Galicia, Viva Lalín y Viva el cocido.
