MANILA
Ciudad de contrastes tanto en el carácter de sus gentes como en su paisaje, donde se entremezclan tradición y modernidad, lujo y miseria, oriente y occidente en una colorida diversidad que atrapa al visitante. La llegada de los españoles a este enclave musulmán marcado por su floreciente comercio con China, originó una fusión de culturas y estilos que dotaron de una marcada personalidad a la animada capital de Filipinas.
Los primeros en llegar a la isla de Luzon fueron los chinos, que serían reemplazados por un reinado musulmán y, posteriormente, por la dominación española que duró (con la excepción de un breve periodo de control británico) hasta 1898, cuando Filipinas pasa a manos de EE.UU. Tras una relativa independencia, la invasión japonesa de 1941 destrozó y arruinó el país, que volvería a vivir una de sus peores etapas de abusos y corrupción con la llegada al poder de Ferdinand Marcos en 1965. Tras la victoria de Corazón Aquino en 1986, el país comenzó una lenta instauración democrática.
Intramuros
Poco queda de la vieja ciudad española, a excepción de las viejas mazmorras y los polvorines, tras numerosos incendios y terremotos y, finalmente, la devastación que supuso la II Guerra Mundial. Entre los pocos restos conservados está el fuerte de Santiago, en honor de Santiago Matamoros, y utilizado a lo largo de la historia por españoles, británicos y japoneses. En 1950 se transformó en parque y se declaró Santuario de la Libertad. En la zona destaca también la iglesia de San Agustín y la Casa Manila, reproducción de una vivienda colonial que muestra cómo vivían aquí los españoles del siglo XIX.
La otra Manila
Manila es hoy una metrópoli de diez millones de habitantes que incluye varias ciudades en catorce distritos municipales, mostrando al visitante los acusados contrastes sociales habituales del sudeste asiático. Así, en Binondo hallamos el barrio chino, mientras que en Sampaloc se ubica la zona educativa y en Santa Mesa el palacio presidencial de Malacañang. El importante centro financiero se encuentra en Makati, un distrito provisto de lujosas residencias y en las áreas de Ermita y Malate se sitúa la principal zona turística, repleta de grandes hoteles, restaurantes y centros nocturnos.
Parque Rizal
Lugar de visita obligada es el santuario de José Rizal, héroe nacional que luchó contra la ocupación española y fue ejecutado en 1896 justo en el lugar donde está su busto. Sus restos también reposan en este parque repleto de jardines orientales, teatro al aire libre y varios museos, como el Nacional de Filipinas, donde se muestra una amplia colección repartida en dos edificios. Destacan los restos y tesoros de un galeón español hundido y algunos hallazgos curiosos de la prehistoria del país.
Iglesias
Las iglesias barrocas de la época colonial española constituyen el elemento más emblemático del patrimonio arquitectónico. Las órdenes religiosas que llegaron con la dominación española dotaron de templos y conventos a toda la ciudad. Muchos se perdieron y otros se reconstruyeron tras los incendios y terremotos que asolaron el país, permaneciendo intacta la iglesia de San Agustín, la más antigua de Filipinas (1604).
Río Pasig
Manila se asienta en la desembocadura de este río que jugó un importante papel en la historia de la ciudad, siendo durante siglos su principal vía de comunicación. En la rivera norte se encuentra el palacio de Malacañang (s. XVII), residencia del presidente de Filipinas cuya arquitectura presenta una fuerte influencia española.
La Bahía
Su estratégica localización atrajo a los primeros pobladores y marcó el desarrollo de la ciudad, cuya historia está unida a este importante punto marítimo, sede de grandes batallas como la que destruyó la flota española en 1898. Por ello es un buen lugar tanto para conocer la historia militar de la ciudad, como para disfrutar de una de las puestas de sol más espectaculares del mundo.
Comer
Además de comida española, Manila ofrece los mejores platos de la gastronomía filipina, elaborada con arroz, leche de coco y otros ingredientes de tradición china. Se recomienda probar el lechón asado o adquirir pescado y marisco en el mercado de Parañaque y llevarlo a cocinar a unos de los restaurantes de la zona. También se puede acudir a los pantalanes que sostienen el espectacular Harbor View, en South Boulevard.
Dormir
La oferta es interminable por lo que el turista podrá escoger el hotel que más les guste según sus características, ubicación y precio. Entre los mejores se encuentran el Manila Hotel, frente a Rizal Park, y Shangri-La, en la esquina de Ayala y Makati. Muy recomendable es el Hotel Intramuros, asequible y con una excelente ubicación.
DÓNDE TOMARTE UNA ESTRELLA GALICIA
Barcino Greenbelt 5
Lower Ground Greenbelt 5 – Ayala Center
Makati City