El legendario rockero de los Rolling, Bill Wyman visitará mañana, día 19 de junio, A Coruña para repartir un poco de su talento en el Palexco. Lo hará dentro del ciclo “Leyendas con Estrella”, que surge tras el éxito del concierto de John Mayall en junio del año pasado y por el que han pasado este año otros grandes músicos como John Cale, cofundador junto a Lou Reed de la mítica Velvet Underground. La gira cuenta con la colaboración de Estrella Galicia.
Después de una trayectoria en la que ha sabido aminorar el ritmo, el más tranquilo de los Stones ha llegado de una forma sólida a las primeros puestos en calidad de solista, compositor y también como enciclopedia andante del rock británico. Wyman ha confirmado con hechos que sí hay vida más allá de los Stones. Hay que recordar que el músico abandonaba la banda en 1992 después de tocar el bajo durante treinta años para continuar su trayectoria con su propia formación.
Ha trabajado tanto en la producción de discos como películas y ha llevado su música al cine y la televisión. Además del bajo, Wyman viaja siempre con su diario debajo del brazo para continuar relatando los pormenores de su vida. Lo lleva haciendo desde que tenía dientes de leche y acababa de ser testigo de la segunda Guerra Mundial. También son conocidas sus fotografías, colgadas en galerías de todo el mundo y su potencial como artesano. Y es que Wyman se vio obligado en sus primeros años y por falta de dinero a construir su propia guitarra. Una anécdota más que sumar a una carrera en la que destaca por ser un gran coleccionista de reliquias arqueológicas. Es más, suya es la marca Wyman de detector de metales junto al famoso Café de Sticky Fingers, que se puede visitar en Londres, Cambridge y Manchester.
A sus 76 años, el artista camina con la seguridad de ir acompañado de grandes talentos como Martin Taylor, Albert Lee, Gary Brooker, Terry Taylor, Mike Sánchez o Georgie Fame. Su estilo, tocando, se caracteriza por colocar el bajo casi vertical, sobre todo, cuando formaba parte de los Rolling. Wyman decía que simplemente lo hacía porque sus manos eran pequeñas.