ANDORRA LA VELLA
Situada entre España y Francia, en plena cordillera de lo Pirineos, su ubicación no deja duda acerca de la riqueza natural de la capital del Principado de Andorra, cuyos paisajes son un deleite para la vista en cualquier época del año. Sin embargo no es menor su patrimonio cultural e histórico que, sumado a una interminable oferta deportiva y de ocio, hacen de Andorra la Vella el destino turístico por excelencia.
Con una superficie que apenas supera los 460 km2, Andorra es uno de los países más pequeños del mundo. Aunque la presencia humana en la zona se remonta a antes de la era cristiana, la primera huella relevante de un asentamiento data del siglo IV d.C. Se trata de una fortificación en el Roc d´Enclar donde, a principios del siglo VIII, se construiría una de las primeras iglesias del país. Unos años después aparece la primera mención escrita en el acta de consagración de la catedral de La Seu d´Ugell. La ciudad es capital desde el establecimiento del Principado en 1278, después de que el Obispado de Urgel y el Condado de Foix decidieran compartir la soberanía de este territorio. Su idioma oficial es el catalán.
Fascinante entorno
Emplazada a más de mil metros de altitud, la estratégica situación de Andorra la Vella permite divisar el sugestivo paisaje de la amplia planicie regada por las aguas del río Valira. Ciudad y naturaleza forman un todo indisociable en el que resalta el magnífico valle de Enclar o el del Madriu-Perafita-Claror, declarado patrimonio mundial por la Unesco. Por ello, este lugar se ha convertido en destino preferente para los amantes del turismo ecológico y, con sus doscientos kilómetros esquiables, en uno de los principales centros deportivos de invierno.
Arte y cultura
Andorra la Vella destaca por la herencia medieval de su patrimonio arquitectónico. En apenas 12 km2 se concentran gran cantidad de monumentos en los que predomina el románico y el gótico. Destacan las iglesias de Sant Esteve y de Sant Andreu, ambas del siglo XII, así como la Casa de la Vall (s. XVI), sede del Consell General (el parlamento andorrano). En la parroquia, aunque fuera de la ciudad, se encuentra el castillo e iglesia de Sant Vicenç d’Enclar, un complejo medieval, antiguamente fortificado, que se levantó sobre construcciones romanas entre los siglos VII y VIII.
Capital de las compras
Esta estructura urbana medieval contrasta con el cosmopolitismo que caracteriza la vida de la capital y con la modernidad de sus diversos establecimientos comerciales. Debido a la posibilidad de comprar artículos libres de impuestos, Andorra tiene una oferta comercial muy superior a la habitual en una ciudad de su tamaño, sobre todo en los productos más solicitados por los turistas (artículos de lujo, moda de marcas, perfumes, electrónica, tabaco, etc.). No es extraño, por tanto, que el comercio sea una de las principales fuentes de ingresos del país.
Turismo termal
Para completar su amplia oferta, Andorra ha desarrollado el turismo termal, convirtiéndose en uno de los centros balnearios más grandes de Europa. Sus aguas, que surgen de los manantiales de los Pirineos, llevan azufre y son muy beneficiosas para la salud. En la ciudad se congregan numerosos hoteles balnearios y spas, aunque la instalación más conocida es Caldea, el centro termolúdico más importante de Europa. Cuenta con 25.000 m2 donde se puede disfrutar de aguas termales, spa y todo tipo de tratamientos para eliminar el estrés y recobrar la salud.
Dormir
Su amplísima oferta hotelera –más de treinta y siete mil plazas en el Principado– permite optar por prácticamente cualquier opción, desde un económico apartamento hasta el más lujoso hotel. Las numerosas posibilidades de ocio permiten disfrutar de la ciudad en cualquier época del año y gozar, a precios asequibles, de servicios extraordinarios como sala fitness, mini-golf, sauna, jacuzzi, tratamientos de belleza, etc.
Comer
La ciudad cuenta con casi ciento cincuenta establecimientos de restauración en los que se puede disfrutar de una gran diversidad que abarca desde las exóticas propuestas internacionales y la gastronomía más creativa hasta la sencilla y deliciosa cocina tradicional del país, basada en la carne de la ganadería local y en los productos propios de la alta montaña. Vinos, foie, jamón ibérico, papas bravas… todo tiene cabida en las cartas y en las tapas y raciones andorranas.
DÓNDE TOMAR UNA ESTRELLA GALICIA
SWITCH BAR
El Tarter, Andorra